La Paradoja Francesa

En el año 1992, Serge Renaud y Lorgeril publicaron los hallazgos de un estudio epidemiológico por el cual se atribuye a la ingesta de vino tinto de la población francesa, la baja prevalencia de muerte por enfermedad coronaria, pese a la alta ingesta de grasas saturadas en su alimentación y altos niveles de colesterol.

Se analizaron datos de la mortalidad por enfermedad coronaria en 17 países y se encontró una fuerte asosiación entre los niveles de ingesta de grasa y la mortalidad por enfermedad coronaria.

No obstante, Francia, a pesar de que su población tenía un nivel alto de ingesta de grasa, mostró tener baja mortalidad por enfermedad coronaria, lo que constituye la Paradoja Francesa. El vino, fue el único de los alimentos que se asoció a menor mortalidad coronaria y la ingesta de vino es mayor en Francia. El análisis de los datos mostró que se pudo atribuir la baja mortalidad coronaria en dicho país a la ingesta de vino.

El hallazgo sugiere que en Francia, los efectos adversos de las grasas saturadas se contrarrestan con la ingesta de vino.

Estudios epidemilógicos indicaron que el consumo moderado de vino, de entre 200 y 300 ml, equivalentes a 20 a 30 gramos de alcohol por día, pueden reducir el riesgo de enfermedad coronaria en un 40%.

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